SUSPIRAR

Jueves 7 de noviembre 2024

SUSPIRAR - No sé si alguna vez has suspirado, pero existen múltiples razones por las cuales lo hacemos: tranquilidad, dolor, no salió algo como esperábamos. yo quiero que nos enfoquemos en los suspiros cuando sentimos dolor. Que fuerte es sentir que las cosas duelen, cuando el desanimo nos golpea fuertemente.

¿Qué hacer?

Bueno aunque estos suspiros son normales y pueden llegar a nuestras vidas, Dios puede animarnos para sobrepasarlo y que podamos mas bien suspirar por la esperanza que Dios ha sembrado en nosotros.

• Derrama tu corazón ante Dios: Como lo hizo el salmista David, lleva tus emociones y dolores a Dios en oración. Salmo 34:17-18 (NVI) dice: "Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los de espíritu abatido."

• Confía en que Dios te consuela: Dios promete estar presente y consolarte en medio de tu dolor. 2 Corintios 1:3-4 (NVI) afirma: "Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones."

• Mantén la esperanza en las promesas de Dios: A pesar del dolor, recuerda que Dios tiene un propósito mayor y trae consuelo a quienes esperan en Él. Romanos 8:18 (NVI) dice: "Considero que nuestros sufrimientos actuales no son comparables con la gloria que se nos revelará."

• Permite que Dios renueve tu fuerza: Isaías 40:31 (NVI) es una promesa de renovación: "Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán."

• Enfócate en la paz que Jesús ofrece: En medio del sufrimiento, Jesús promete su paz. Juan 14:27 (NVI) dice: "La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden."

Dios que hoy podamos suspirar de alegría, que podamos llevar cautivo todas las mentiras del enemigo y vivamos confiados, seguros en tu presencia.

Oremos:

Señor, hoy venimos ante Ti con corazones sinceros, reconociendo nuestros suspiros de dolor y desánimo. Tú conoces cada carga que llevamos y cada herida que enfrentamos. Te pedimos que renueves nuestra esperanza y nos llenes de la paz que sólo Tú puedes ofrecer. Que podamos sentir Tu cercanía, experimentar Tu consuelo y recordar que nuestros sufrimientos no se comparan con la gloria que Tú nos has prometido. Permítenos suspirar de alegría y mantenernos firmes en Tu presencia, confiando en que estás trabajando a nuestro favor. Amén.