La Palabra que permanece para siempre

9 de marzo 2025

"El césped se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre." Isaías 40:8 (TLA)

En un mundo donde todo cambia, donde las circunstancias, las emociones y las personas pueden fallar, hay algo que nunca cambia: La Palabra de Dios. Este versículo nos recuerda que, aunque las cosas terrenales son temporales y pasajeras, la Palabra de Dios tiene un poder eterno. No se debilita, no se desvanece, ni pierde su relevancia con el tiempo.

Imagina por un momento el césped verde y las flores hermosas que adornan los campos. Su belleza es impresionante, pero efímera. Con el tiempo, el césped se seca y las flores se marchitan. Así son muchas de las cosas en las que ponemos nuestra confianza: riquezas, logros, relaciones, planes... Todo esto puede cambiar en un instante. Pero la Palabra de Dios es diferente. Es firme, constante y eterna.

Jesús mismo dijo: "El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse" Mateo 24:35, TLA. Esto nos da una seguridad inmensa. Podemos confiar en que lo que Dios ha dicho se cumplirá. Sus promesas son verdaderas, sus mandamientos son sabios, y su amor revelado en su Palabra es inquebrantable.

Hoy, te animo a construir tu vida sobre esta verdad. Cuando sientas que todo a tu alrededor es inestable, recuerda que la Palabra de Dios permanece. Medita en ella, guárdala en tu corazón y deja que sea la base de tus decisiones, tu fe y tu esperanza.

¿En qué áreas de tu vida necesitas recordar que la Palabra de Dios permanece? ¿Cómo puedes confiar más en sus promesas en medio de las incertidumbres?

Oremos:

Señor, gracias porque tu Palabra permanece para siempre. Ayúdame a confiar en ella en todo momento, a meditar en tus promesas y a construir mi vida sobre tu verdad. Que tu Palabra sea mi guía y mi consuelo en cada situación. Amén.