Por eso me armo de valor, y me digo a mí mismo: «Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él! Salmos 27:14, TLA
En los momentos de espera y desafío, la confianza en Dios es nuestra mayor fortaleza. David, el autor de este salmo, sabía lo que era enfrentarse al miedo y a la incertidumbre. Sin embargo, él aprendió a animarse a sí mismo con la verdad de que Dios nunca lo abandonaría. La confianza no siempre surge de forma natural; a veces, necesitamos hablarle a nuestra propia alma y recordarle quién es Dios: fiel, poderoso y siempre presente.
La espera no es un tiempo perdido, sino una oportunidad para fortalecernos. Cuando elegimos confiar en Dios, Él nos da el valor para enfrentar cualquier situación y nos recuerda que Sus tiempos son perfectos.
Hoy te reto:
Tómate un momento para animarte a ti mismo, como lo hizo David. Declara en voz alta: "Confío en Dios. Él es mi fortaleza".
Recuerda que la valentía no es la ausencia de miedo, sino la decisión de avanzar confiando en Dios.
Oremos
Señor, en este día elijo confiar en Ti. Aunque no entienda todo lo que ocurre a mi alrededor, sé que Tú tienes el control. Dame valor para enfrentar cada desafío y fe para esperar en tus tiempos perfectos, te amo! Amén
Amén 🙏🏽
La confianza en Dios me hace caminar sobre las alturas, guiados por El Espiritu santo. Gracias mi Jesús.🙌
Amén🙏🏻Gracias Señor por tu palabra 🙏🏻Tu eres bueno 🙏🏻❤️
Te amo mi Jesús confío en ti lléname de tu fortaleza y confianza